Fiesta en los valles. Alegría, música, comida y bebidas típicas son la atracción del carnaval en Vallegrande, municipio que está a 250 kilómetros al sur de la ciudad y que durante esta temporada recibe a cerca de 30 mil visitantes.
Si bien son cerca de 40 las comparsas en las que están aglutinados los jóvenes y personas mayores que festejan el carnaval, la alegría contagia a todo el pueblo.
El corso vallegrandino se inicia el domingo de carnaval, con una parada de caballos que al concluir da paso a las comparseros que hacen su recorrido acompañados de las reinas, los carros alegóricos y las bandas que interpretan kaluyos, pasacalles, taquiraris, coplas, chovenas y carnavalitos.
El lunes y martes de carnaval, los comparseros recorren las calles, mientras visitan la casa de algún comparsero quien invita un tradicional plato de papalisa, el puchero o tamal, y para beber los licores de frutas maceradas son infaltables.
Tradiciones en San Ignacio. San Ignacio de Velasco es una de las alternativas a visitar. La fiesta se inicia el sábado. Desde el mediodía las comunidades indígenas comienzan el desfile con la danza de los abuelos con coloridas máscaras talladas en madera y pintadas de blanco o rojo. Luego hacen su recorrido las comparsas.
Los niños también tienen su espacio, bailan en su minicorso el mismo sábado por la mañana.
Buena Vista. Al norte de Santa Cruz está Buena Vista, a 100 kilómetros de la capital. La fiesta se inicia desde el sábado con el desfile de las comparsas.
A este municipio llegan muchas personas, y algunas optan por este destino para aprovechar el largo fin de semana para descansar y conocer algunas costumbres de este municipio como las riñas de gallos, entre otras cosas.
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