Cuando ingresé a la Academia Nacional de Ciencias de Bolivia elegí como tema de tesis de ingreso el carnaval cruceño, pues se trata de una manifestación cultural de gran importancia. El origen del carnaval es europeo. Cruzó el océano de la mano de los conquistadores y en América tomó carta de ciudadanía; se hizo americano; se hizo mestizo, tomando las características diferentes en las diversas regiones americanas. Después de más de 500 años el carnaval sigue teniendo plena vigencia en muchos lugares de la inmensa geografía americana. El denominador común es la alegría, el desenfreno, el exceso; pero cada una de las regiones le da su toque regional.
El carnaval cruceño tiene una larga tradición. Se trata de lo que se ha dado en llamar “la fiesta grande”, tanto por su intensidad como por su duración. Un fenómeno cultural urbano que ha ido evolucionando con el tiempo, de acuerdo a las circunstancias históricas, pero sigue siendo la expresión de la cultura mestiza cruceña. A pesar de los cambios (toda expresión cultural es dinámica) el carnaval cruceño nació como una fiesta participativa en las que durante tres días desaparecen las diferencias sociales y económicas, porque todos son carnavaleros.
Cuando los bolivianos estábamos empezando a saber mirarnos en el espejo, a apreciar en su justa dimensión nuestra cultura mestiza en sus más diversas manifestaciones y a tener autoestima de nuestra mesticidad, nos llegó el discurso de la descolonización. Este concepto lo usa el gobierno masista constantemente, la mayor parte de las veces de acuerdo a las circunstancias del momento, pero siempre creando una terrible confusión. Hace poco el ministro de Culturas en una entrevista decía: “Sabemos que el concepto de descolonización puede ser muy fuerte, pero en definitiva es muy simple: es cómo recuperamos nuestra identidad a partir de la legislación, de políticas públicas que nos permitan ponerle valor a aquello que somos”. ¿Qué identidad es la que quiere recuperar el MAS? ¿Es acaso que se quiere borrar de un plumazo lo que durante más de 500 años ha ocurrido en nuestra tierra?
Todo esto viene a colación porque la noche del martes pasado el presidente Morales llegó hasta Santa Cruz de la Sierra, acompañado del vicepresidente, ministros, senadores y diputados para entregar una ley que establece el carnaval cruceño como patrimonio nacional. Este hecho me provoca muchas interrogantes. ¿Es acaso que ha cambiado el discurso del MAS con respecto al concepto de “descolonización” tal como lo plantea el ministro de Culturas?
¿Es que los carnavaleros cruceños creen que esta ley es necesaria para que nuestro carnaval sea mejor, más cruceño, más participativo?
¿Es que el gobierno del MAS, que es abiertamente enemigo de lo cruceño, pretende con esta ley hacernos un sana sana para que olvidemos que desde hace siete años el objetivo es destrucción? ¿O es que simplemente los cruceños sólo servimos para el carnaval?
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