viernes, 8 de febrero de 2013
El Carnaval de Río tendrá el domingo a los grandes rockeros, vivos y muertos, saltando por el Sambódromo.
Elvis Presley, Jimmy Hendrix, John Lennon, Dona Summer, Michael Jackson, Freddy Mercury, entre otras figuras del rock mundial, desfilarán triunfantes por el Sambódromo de Río de Janeiro. ¿Que no es posible? Todo es posible en el Carnaval carioca. Aquellos, multiplicados por decenas, abrirán el desfile de la escuela de samba Mocidade (juventud) Independente de Padre Miguel.
Lugar hay para todos, vivos y muertos; basta que enarbolen el espíritu carnavalero y los vistosos atuendos que comienzan a prepararse al día siguiente mismo de finalizada la opereta de cada año.
La fiesta mayor brasileña prepara anualmente sorpresas y osadías gracias al talento de hombres y mujeres, conocidos como “carnavalescos”, que viven soñando despiertos para crear las fantasías. Fantasías que deben conjugarse con las historias contadas a través del canto y la poesía salidos de las plumas de los compositores y letristas: los sambistas de ese país.
Este año, una de las osadías, entre las de otras 11 escuelas, le ha tocado asumirla a Mocidade Independente, que propone conjugar los ritmos cadenciosos de la “batería del samba” con las figuras mayores del rock. No en vano, Río de Janeiro, desde 1985, cuando se realizó el primer Rock in Rio, es también la capital del género musical que ha vencido el cambio de siglos y que une a diversas generaciones.
Mocidade —que hará un resumen de los momentos clave del encuentro de rock— será la quinta escuela en hacer su paso por el Sambódromo el domingo 10 de febrero. Sus mejores cartas estarán en juego, pues esta escuela creada en 1955, de las más afamadas e innovadoras de la fiesta carioca, no ha ganado el concurso del Carnaval desde 1996.
Con la inspiración de Rock in Rio, evento que pasó por Madrid (España), Lisboa (Portugal) y retornó a Brasil en 2012 para posarse en el histórico estadio Maracaná, los 3.600 componentes de la escuela vestirán los atuendos imaginados por artistas plásticos y modistos.
Los 40 jurados encargados de calificar o descalificar todo un trabajo anual, después de analizar los ítems estipulados por reglamento, darán su veredicto. El fallo elevará o hundirá ilusiones y quimeras de personas que tienen 82 minutos para cantar, sambar y desfilar sin dejar espacios vacíos.
Es un compromiso difícil, como saben todos, incluyendo la hinchada de las graderías del Sambódromo diseñado por el arquitecto Oscar Niemeyer (1907-2012), porque esta vez se trata de justificar un híbrido entre la fantasía del samba y la utopía del rock. El himno de Mocidade Independente dice como sigue:
La “Pop Star” con luz que irradia,
la energía que atrae y guía,
soy Rock and Roll, la rebeldía
independiente de Padre Miguel.
Un sentimiento,
un desafío, un nuevo sueño, un ideal,
de verlos juntos, en la Apoteosis
del Carnaval,
al samba y al rock, una sobredosis
de unión, paz y felicidad,
en una insólita mezcla de delirio y locura,
que con certeza no hace mal.
Los sambistas están conscientes de que el desfile anual es como una final de Copa del Mundo de Fútbol. Al igual que un evento de esa naturaleza, el Carnaval puede provocar todo tipo de fenómenos sociales, inclusive el de juntar a habitantes de las favelas con empresarios adinerados o de permitir que la patrona vaya junto con la empleada a medirse igual tipo de fantasía, para que ambas se confundan en la avenida, noche adentro, cantando y danzando. El rock logra eso y el samba también.
Pandereta y guitarra, el swing perfecto.
No tiene prejuicios nuestra unión.
Mi baticumbum es diferente.
No, no existe nada más caliente.
Cuenta Haroldo Costa, escritor, actor y productor cultural brasileño, que la fiesta en sus inicios “incluía la participación de músicos de bandas militares y cantores operísticos que llamaban la atención de las gentes que se instalaban en las calles para verlos pasar, convocados por las escrituras de los ‘cronistas carnavalescos’ de la época”, los que “describieron los desfiles de las comparsas como procesión medieval o teatro lírico ambulante”, y que “por su vez se sorprendían con los títulos de las travesuras: La divina comedia, de Dante Alighieri; Aida, de Verdi; Salomé, de Oscar Wilde...”.
Los reglamentos actuales exigen que las escuelas presenten historias y composiciones musicales (enredos) nuevas y originales. La Mocidade, al bautizar su samba enredo de este año como Eu Vou de Mocidade com Samba e Rock in Rio - Por um mundo melhor (Voy de Mocidade con Samba y Rock in Rio-Por un mundo mejor) retoma el imaginario de la década de 1720, cuando emigrantes provenientes de las islas Madeira, Azores y Cabo Verde llegaron a Brasil y se instalaron en Río, y se expresaron mediante el “antruejo” (palabra cuyo origen es el latín introito, que define el inicio de la Cuaresma), comportamiento a base de gritos de rabia, de burla y de rebeldía, de los que no están muy lejos, por sus excesos al borde de la agresividad, ciertos géneros del rock.
Hago mi carnaval,
soy el padre Miguel.
La vida es un espectáculo,
maraca es vibración
es el samba-rock mi hermano.
Y como los exigentes calificadores no dejan pasar detalle alguno, el último sector de la Mocidade no ha olvidado los nuevos ritmos como el hip hop, el funk, el axé, la música electrónica y el rock, entre otros. Cabe recordar que el Rock in Rio del año pasado tuvo la presencia de los rostros que mueven multitudes en este ya transitado siglo XXI: Red Hot Chili Peppers y Pitbull, Lenny Kravitz y Maná, David Guetta y Macaco, Shakira y Gogol Bordello...
En aras de ese ambiente híbrido se han reunido los sambistas para ensayar, mes a mes, semana a semana, día a día, en la nueva cancha de la Mocidade, conocida también como el Maracaná del Samba. En sus nada menos que 33 mil metros cuadrados se han movido cómodamente poco más de 12 mil personas, para los ensayos o simplemente para las batucadas regadas de cerveza y con parrilladas destinadas a recaudar fondos para presentar su carnaval.
Apenas un día después de finalizada las carnestolendas, la “nación de la mocedad” sabrá si todo el esfuerzo sirvió para conquistar su añorado quinto título, si pasó desapercibida, o si (¡horror!), dejará de formar parte del Grupo Especial para, rebajada de categoría, desfilar en 2014 en el Grupo A.
De cualquier forma, aun si lo peor sucediese, la escuela deberá comenzar todo de nuevo para preparar el siguiente Carnaval, como lo viene haciendo desde mediados del siglo XX, cuando fue fundada a partir del equipo Independiente Futbol Club.
Es una ola que me lleva,
que me invade el alma.
En mi pecho estalla la pasión.
Un mundo mejor...
¡qué felicidad!
En Rock in Rio dejaré mi juventud.
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