Algo de eso se vio, aunque no en gran cantidad. Cabe destacar, además de la de los coronadores Bohemios, las carrozas de los Haraganes Jipurí, de los Creidazos, Flojonazos/Picarones y Taitas. En ellos se reflejó la creatividad de sus diseñadores, sobre todo de Quito Velasco, que nos tiene acostumbrado a trabajos muy bien logrados.
Los demás no pasaron de ser modestas creaciones, la gran mayoría de los comparseros optó, como viene siendo costumbre, por subirse al carro con todo y musicón y protagonizar la fiesta desde allá arriba.
No fue más de una decena de carros los que sobresalieron .
El Gran Paitití. Los Cachivachis se volvieron a subir a su camión, que esta vez lo encabezó la reina Nicole I, que recordaba la leyenda de El Dorado |
Mitología griega. Los Creidazos revivieron la leyenda de Prometeo. Su reina, Jimena Jiménez, fue la diosa Atenea |
Surcando los océanos. Los Piratas hicieron honor a su nombre y se vistieron de corsarios con parche en el ojo. Su reina, Katherine I, estuvo rodeada de cofres con tesoros y la infaltable calavera |
Homenaje a la ganadería. Quito Velasco volvió a demostrar su talento en la creación de esta fantasía titulada Mi tranquera. Se resaltó las bondades de la carne vacuna y sus derivados |
Las cuatro estaciones. La primavera, el verano, el otoño y el invierno formaron parte de una sola alegoría en el carro de Juventud Carnavalera |
Una joya del oriente boliviano. Tradición Carnavalera se presentó con un carro inspirado en la piedra La bolivianita, resaltando la riqueza vegetal y animal de la región de donde se la extrae |
Mezcla de estridencias
Alrededor de las 20:00 las dos filas de carros colocados entre las avenidas Paraguá y Virgen de Cotoca generaban un solo ruido, pues los encargados de los conjuntos electrónicos probaban sonido casi al mismo tiempo.
Los tauras, tradicionales
Acorde con el prestigio que le han dado los años de Carnaval, la tradicional comparsa Tauras hizo su recorrido en un enorme y lujoso carro que representaba una vieja casona de Santa Cruz.
El fallido fin del mundo
Una de las alegorías más curiosas fue Le pelaron los mayas, que los Flojonazos/Picarones escogieron para recordarnos que la vida continuó después del anunciado fin del mundo el 21 de diciembre del año pasado.
A falta de carroza hay carreta
Varias agrupaciones utilizaron vehículos pequeños para acompañar su recorrido. Otros recurrieron a ingeniosas formas de transporte, como en el caso de los Chuturubises que aparecieron en un pequeño tren.
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