El desfile de diez "blocos" (comparsas) por diferentes calles de Río de Janeiro anticipó ayer el ambiente de carnaval que la ciudad más emblemática de Brasil espera a partir de mañana, cuando el "Rey Momo" comenzará una regencia de cinco días que agonizará en la madrugada del miércoles de Ceniza.
El calor del verano austral, las vacaciones escolares, un sol que se niega a ocultarse, las playas llenas, las escuelas de samba con sus preparativos concluidos y la llegada de parte de los 850.000 turistas esperados para el carnaval de este año ayudaron a anticipar el clima de fiesta a ritmo de samba que Río de Janeiro espera vivir a partir de mañana. El carnaval solo comienza oficialmente el viernes, cuando un obeso pero hábil bailarín Rey Momo recibe las llaves de la ciudad de las manos de su alcalde, Eduardo Paes.
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