El llamado mayor espectáculo de la Tierra, el desfile de Carnaval de Río de Janeiro, tuvo una apertura de gala, con canciones y escenas teatrales de alto nivel, en el sambódromo de la ciudad maravillosa, con homenajes a artistas como Jorge Amado, Cándido Portinari y Romero Britto, y a las raíces africanas de la cultura brasileña.
Siete escuelas de samba desfilaron en la primera noche del Carnaval de Río de Janeiro ante 72.500 personas que colmaron el sambódromo Marqués de Sapucaí, construido por el arquitecto Oscar Niemeyer.
Una de las favoritas a ganar el título sin dudas fue Portela, que hizo la mejor canción del carnaval en su desfile homenajeando al estado de Bahía, sus particularidades y origen africanas. Portela, que ya ganó 21 veces el Carnaval de Río, tuvo un respaldo de lujo: la bahiana Daniela Mercury, acompañada por el sambista Paulinho da Viola y la estrella Marisa Monte.
Beija Flor, ganadora de 2011 y también candidata al título en 2012, homenajeó a Maranhao, estado del noreste de Brasil, que sustentó parte del desfile donde el principal caudillo político fue el ex presidente José Sarney, actual titular del Senado.
Otro motivo fue el homenaje al recientemente fallecido Joasinho Trinta, el modernizador del Carnaval de Río. La última en desfilar fue Vila Isabel, que dejó el sambódromo con el coro del público: “Es campeón”, luego de un impecable y sorprendente desfile que homenajeó a Angola.
“Todos los brasileños tenemos en la samba algo de Angola”, dice la letra que homenajeó a un país africano de lengua portuguesa que fue proveedor de esclavos llegados al Brasil hasta el siglo XIX. La comisión de frente simuló una sabana africana de donde surgían, en un efecto en 3D, tribus y animales de una jungla imaginaria.
Imperatriz Leopoldinense, otra de las escuelas tradicionales, se ocupó de homenajear a Bahía recorriendo la vida del escritor Jorge Amado, que cumpliría en 2012 los 100 años de edad.
Paloma, la hija del autor de Doña Flor y sus dos maridos, desfiló encima de un carro alegórico. Grandes aplausos se llevó la originalidad y el refinamiento presentado por Mocidade, que este año homenajeó al tal vez mayor pintor brasileño, Cándido Portinari, de quien se cumplen 50 años de su muerte. La novedad fue que desde las carrozas el olor a yogur de frutilla invadió el ambiente, que de todos modos estaba impregnado con la samba de las favoritas: Beija Flor, Portela y Vila Isabel.
Un remozado sambódromo
La reforma del sambódromo de Río de Janeiro, ahora con más lugares y mejor acústica e iluminación, aumentó el espectáculo del que es considerado como el carnaval más atractivo del mundo.
Las modificaciones que la Alcaldía introdujo en los desfiles de los “blocos” (comparsas) permitieron contar con locales más amplios y con mayor capacidad para los cariocas y turistas que quieren bailar libremente en las calles.
Los espectadores que asistieron a la primera noche de desfiles pudieron disfrutar de un espectáculo mejorado gracias a la nueva iluminación y a los ajustes en la acústica.
“Con la nueva acústica los integrantes tuvieron que cantar con más garra y afinidad”, admitió Gilsinho, intérprete de Portela. La ampliación de la avenida permitió que las escuelas fueran más osadas en el tamaño y el lujo de sus gigantescas carrozas alegóricas para delirio del público, pero para dolor de cabeza de algunas, como Mocidade, que perdió puntos luego de que una de sus plataformas chocó contra un muro y afectó la evolución de todo el grupo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario