En un día de sol radiante, la maratón de samba y cerveza comenzó a las 7.00 local (9.00 GMT) y duró más de seis horas. La multitud avanzó bailando y cantando tras cuatro camiones de sonido por las avenidas del centro de Río, vistiendo sobre todo el tradicional motivo del bloco de 93 años: lunares negros sobre fondo blanco. Los organizadores estimaron los participantes en 2,5 millones, mientras para la policía militar fueron 2,3 millones.
Más participantes. La cifra supera los dos millones de participantes del año pasado y permitiría a Bola Preta conseguir su objetivo de arrebatar al Club de Máscaras Galo de Madrugada, de Recife, el título otorgado en 1995 por el Libro Guinness de los Récords a quien reúne a más fiesteros en el mundo.
Los disfraces. Hay hombres en pañales, hombres disfrazados de Caperucita Roja, amigas vestidas de "diablitas", un jubilado disfrazado del papa Benedicto XVI, con manto púrpura y bordados dorados, amigos vestidos de bailarinas, con mallas y tutús rosas y otros, pintados de azul de los pies a la cabeza, encarnan a los Pitufos. Más que originales, hay disfraces de troglodita, de taxis y hasta un hombre disfrazado de lluvero, de taparrabos y con una cortina de nylon transparente que le rodea el cuerpo, colgada de un aro circular de alambre colocado como sombrero. Una de las pelucas más vistas este año es la del corte de pelo "mohawk" del astro del fútbol Neymar, pero en tonos multicolores. "Bola Preta es uno de los blocos más tradicionales del carnaval carioca y todos participan, sobre todo los negros", dijo Sandrah Sagrado, una de las participantes. Igor Moreira, de 23 años, y cuatro amigos se disfrazaron de la ratona Minnie, con minifaldas rojas con lunares negros, medias can-can negras y tops. "Es para divertirnos. En este carnaval, todo vale", dijo el joven, sonriendo.
Los turistas. Aunque la cifra de turistas es alta, el porcentaje de extranjeros, cerca de 32%, es bajo en relación a otros años. Paulo Michel, vicepresidente de la Asociación de la industria hotelera brasileña en Río, culpó de ello a la crisis económica mundial, sobre todo en Europa, en declaraciones a la agencia Brasil (estatal). La apoteosis del Carnaval llegará en las noches del domingo y del lunes, cuando 13 grandes escuelas de samba desfilarán con lujosos disfraces y carros alegóricos por el Sambódromo en busca del título de "campeona del carnaval", un espectáculo seguido con tanta emoción en Brasil como los partidos de fútbol. Otras ciudades brasileñas como Sao Paulo, la capital económica del país, y Salvador de Bahía, cuna de la cultura afro-brasileña, también celebran el carnaval en grande.
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