Entre ritmos tradicionales, cumbias y reguetón, las comparsas y personas que gustan del carnaval, con pintura y espuma en mano, recorrieron la tradicional calle Ballivián.
Una mojazón de alegría. El agua no era lo único que reinaba en este punto carnavalero. Las bandas y tamboritas acompañadas de sus respectivas comparsas, que a diferencia de otros años, recorrieron en su mayoría este punto e hicieron bailar al que se encontraba en el camino.
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