Instaladas en las tradicionales casa de espera o dando vueltas por las calles del centro de la ciudad, así muchas comparsas carnavaleras enfrentaron el primer día de mojazón que al son de la banda derrocharon toda su alegría.
El fuerza.... Pichiroses, Mequetrefes o Creidazos entre otros se hizo sentir en un solo grito. Con sus clásicas batas o casacas identificativas las comparsas se apoderaron de las calles.
Como era de esperar la pringazón una vez más reinó sobre la piel de los comparseros con colores que se mezclaban unos con otros. Una de las calles más concurridas como siempre fue la Ballivian, en la que muchas comparsas y grupos de amigos se instalaron para compartir un momento de alegría, mojazón y el infaltable churrasquito.
El acceso al primer anillo fue restringido para los vehículos para que los comparseros puedan disfrutar de la fiesta grande. La reina Anabel I estuvo compartiendo junto a los Picarones y 27 comparsas más en un espacio denominado Cruz Cranavalera.
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