Un intenso sol que se hizo sentir desde tempranas horas en la capital predecía una jornada dura para los niños que serían los principales protagonistas de la fiesta preparada en el Cambódromo: el corso infantil.
Sin embargo, ni este factor ni las dificultades que tuvieron los organizadores del evento y las autoridades aguaron la fiesta de los más pequeños.
Pese a iniciar con una hora y media de atraso, el desfile de comparsas y ballets folclóricos tuvieron una respuesta positiva de la población, que se dio cita de forma masiva.
Valentina pidió cuidar las aves. Las reinitas, los chicos y hasta los grandes se contagiaron de la alegría que impartió Valentina I, que se lució en un carro que evocaba una paraba azul, que fue la inspiración para su coronación, con el fin de promover su conservación. Las damas rotarias agradecieron que los niños tengan un espacio digno para su fiesta, pues es la primera vez que utilizan el Cambódromo.
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