sábado, 1 de marzo de 2014

Sambódromo de Río cumple 30 años como todo un ícono



A pocos días de su gran momento de gloria, el trabajo se multiplica en el Sambódromo de Río de Janeiro, un icónico recinto de la ciudad brasileña que este año celebra su trigésimo aniversario con las habituales escenas carnavalescas.

El Sambódromo, cuyo nombre oficial es “A Passarela Professor Darcy Ribeiro”, se ha erigido en alegoría de una ciudad llena de imágenes representativas durante 30 años.

También observó desde su posición privilegiada, en el centro de la ciudad, los cambios de un país que pasó de subdesarrollado a potencia emergente y de dictadura a democracia, de la mano del Carnaval.

Tal vez era esa imagen la que tenía en mente Oscar Niemeyer, el arquitecto fallecido en 2012, cuando en 1984 recibió el encargo de diseñar un recinto al aire libre que mantuviese el espíritu popular del Carnaval y que diese calor a la mayor celebración de la pre Cuaresma del mundo.

Desde aquel día la trascendencia de los festejos superaron cualquier estimación que el más optimista de los ayudantes de Niemeyer tuviera en su mejores sueños y es que los visitantes que llegaron se cuentan por millones.

Durante cuatro días las 12 escuelas de samba del llamado Grupo Especial de Río de Janeiro, así como las de categorías menores, realizan lujosos desfiles para 80.000 espectadores diarios. Cada escuela de samba tiene hasta 5.000 integrantes y el desfile es reforzado por carrozas alegóricas y enormes orquestas, consideradas la principal atracción del Carnaval de Río.

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