“Nunca he tenido un problema en mi vida, y a mis 23 años me vengo a encontrar con esta situación que puede desprestigiarme y prefiero dar la cara ahora”, comienza diciendo Valeria Saucedo, la reina del Carnaval 2016 hasta el viernes por la noche. Ella asegura que la comparsa coronadora, los Pichones, esperaba que se hiciera cargo de algunos gastos del reinado, situación que la familia Saucedo rechazó. “Ahora van a decir que yo no tenía carisma, que era antipática”, advierte.
La noche en que le informaron a Valeria sobre la decisión de la comparsa, ella estuvo acompañada de su madre, Gloria Ríos, que no se separó un segundo de su lado y que lloró al unísono. “Prefiero invertir cualquier suma de dinero en el futuro de mi hija, pero no en una fiesta”, expresó al momento de consolarla.
Otro de los justificativos de los comparseros fue que ella era muy enfermiza, porque se resfrió durante el viaje a Concepción, pero asegura que muchos volvieron afectados de ese viaje debido al cambio de clima, hasta su chaperón tenía fiebre. “Prácticamente dijeron que yo no sería reina porque no era aceptada por el pueblo y porque era muy frágil para el papel”, relata con lágrimas en los ojos. Sabe que en los próximos días habrá muchas batallas de opiniones, pero está dispuesta a afrontarlas y a evitar que dañen su imagen.
Valeria, quien abandonó su puesto en las filas de las magníficas de Pablo Manzoni para dedicarse 100% a sus estudios, afirma que las actividades carnavaleras le demandaban mucho tiempo y que por ello la comparsa le sugirió que congele la universidad durante su reinado, pero ella se negó pues se encuentra realizando su internado y la última etapa de su tesis de Bioquímica y Farmacia. Aun así, obtuvo permiso para ausentarse cuando tenga sus presentaciones como reina.
Entre sollozos contó que la mayoría de los vestuarios con los que ha aparecido en cada evento los sacó de su guardarropa personal o se los compró ella misma, para evitarle nuevos gastos a la comparsa.
“Dicen que era aburrida porque no quería estar de boliche en boliche, pero yo soy una joven seria, supuestamente ellos me buscaron porque querían una chica de su casa. No tienen corazón, les abrí las puertas de mi casa, puse mi esfuerzo en todo y ahora sucede esto”, dice la joven de 23 años, quien fue reina del Carnaval infantil en 2001.
También se siente dolida porque otro de sus aportes para economizar gastos fue donar el traje que usó cuando fue reina de la agrupación Juventud Carnavalera en 2009, que estaba siendo retocado por Sonia Ortiz para que lo utilice en la primera precarnavalera. “Hasta intentaba maquillarme yo misma para no ir a un salón de belleza”, sostiene.
Poco para contar
Lo que más rescata de su corta experiencia como reina es el cariño de la gente, adoraba cuando la reconocían en la calle y compartir con los niños. Su nombre sonó fuerte en años anteriores para que reine, pero ella no aceptaba la oferta porque estaba enfocada en sus estudios, además de que no se sentía lo suficientemente madura para afrontar todo lo que implicaba ser reina del Carnaval.
Afirma que la mayoría de los integrantes de la comparsa la querían y que el problema eran algunos socios que estaban preocupados por los auspicios. “Ellos querían quedar en la historia del Carnaval, ahora lo harán como los coronadores que cambiaron a su reina”, finaliza, y agrega que está segura de que ya existe una nueva soberana
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