Fue un tibio comienzo. La reina del Carnaval cruceño, Valeria Saucedo, subió a su carro, a las 20:50, y se bajó de él dos veces (21:05 y 21:45). A pesar de la persistente chilchina, brincó, sonrió, tendió la mano y ¡hasta se sacó una selfie con unos afortunados!
Ella logró enterrar los acontecimientos oscuros de su reinado, pero la seguridad de la Asociación Cruceña de Comparsas Carnavaleras se mostró muy dura con los medios y no permitió que ni siquiera le tomaran fotos o la filmaran a su paso por la plaza 24 de Septiembre.
Incluso, cuando la soberana de los Pichones se bajó de su carro se vio rodeada de esos hombres de verde de la ACCC y de los integrantes de Army Security, y tuvo que ingeniárselas para acercarse a su gente. ¿Cuánto le pondría del 1 al 10? Le preguntó EL DEBER al público. Y la respuesta de la mayoría fue siete sobre 10
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