La soberana de la fiesta grande brilló en esta tercera precarnavalera junto a las demás reinas, la belleza y la alegría de estas mujeres hizo que se adueñaran de las miradas y las muestras de cariño de grandes y pequeños. A su paso, las reinas regalaron besos saludos y no dejaron de sonreír y bailar desde sus carros.
Se bajó del carro. Durante el recorrido, Anabel I no dudó en hacer una parada para bajarse de su carro y tener un contacto más cercano con la gente. Las personas aprovecharon para sacarle fotos y saludarla de cerca, no faltaron los niños que se acercaron para abrazarla y besarla.
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