Fallece la primera reina del Carnaval cruceño

Se fue un ícono del Carnaval Cruceño. Este sábado, a las 9:30 murió Soledad Arrien, la primera reina de la fiesta grande, en1937.

Sus familiares confirmaron el deceso de la señora Soledad y agregaron que el último adiós se está realizando en el salón Génesis del velatorio Las Misiones.

"Como presidente de la ACCC y sobrino de Soledad, fue un honor haber compartido con ella, que es un icono de Santa Cruz. Este año fuimos hasta su casa con los Chabacos y Pamelita (reina del Carnaval 2017) para darle un reconocimiento por haber sido la primera reina de la fiesta más importante de los cruceños", comentó Carlos Arrien.

Pamela Justiniano también se sumó a esta sentida despedida y posteó en su muro de Facebook: "Primera reina del Carnaval, Soledad Arrien y la actual soberana. Esta foto perdurará, ya que tuve la dicha de conocerla. Que en paz descanse y que lleve su alegría hasta el cielo". A eso le agregó una foto de ambas.

Post de Pamela:

Para saber

El 1 de febrero de 1937, el periódico La Unión, dirigido por el poeta Raúl Otero Reiche, publicó cupones para votar por una reina del Carnaval cruceño. La ganadora fue Soledad Arrien Gutiérrez, una guapa y alegre joven de 17 años, que aceptó con mucho gusto ser la soberana de la fiesta grande.

Otero Reiche había dicho antes que el Carnaval debería tener una reina, a la que todos los carnavaleros rindan honores, que sea la figura central de la fiesta y que represente la alegría y la belleza de nuestra tierra.

El 4 de febrero, en el Club Social 24 de Septiembre se llevó a cabo la coronación de Soledad, que encantó al público con su simpatía y belleza. Varios poetas le dedicaron sus versos y las comparsas de la época asistieron a la fiesta para acompañarla.

Las autoridades locales fueron las encargadas de coronar a la reina, de entregarle el cetro y un ramo de flores.

Poema de Raúl Otero Reiche para Soledad. Este bello texto se lo dedicó a la reina, en el momento de su coronación.

Reina de Carnaval

Aquí traigo mis versos olorosos a estrellas,
mis violines de seda sollozantes a veces,
luminosos de músicas siempre en horas de amor.


Bella flor de nuestro país de neblinas rosadas,
de silencios azules entreabriendo paisajes
mas allá del espejo cristalino de risas,
azogado de lunas radiante de sol.


Aquí traigo mis versos -serpentina del alba-
viboreando la escala del color del perfume,
porque tienes los labios del clavel hecho sangre,
de la luz hecha miel; porque hay algo en tus manos que se va diluyendo
dulcemente en caricias y blancuras de nieve.


Morenita, morena de los ojos fantásticos,
Como lunas silvestres floreciendo en la noche de tus
negras ojeras,se me escapan las flechas de los ríos
de las manos, y la alondra del ritmo se diluye en luceros
tras el vasto horizonte de este verde oriental.


Eres una caricia de las blancas y tenues
enredada en la urdimbre de la araña del sueño,
prisionera tan dulce no han tenido las fuentes
en sus hondos palacios de cristal.


¡Alegría!, alegría de los quince jazmines
reventados de amor. Morenita, morena, danzarina del agua sobre dedos de rosa,
tú no sabes que danzan al compas de las olas mis ensueños de luz.
Aquí traigo, morena, la canción de la lluvia,
la que tejen los vientos con agujas de vidrio,
cuando todo el perfume de la tierra se vierte
chorreando en el seno tembloroso del rio.


Aquí traigo estas flores de los campos azules,
dulce sombra del cielo, deshójalas, morena locamente en la danza
tropical del perfume, pisotéalas, morena, sin temor a que llore
carcajadas, el vino de la roja ilusión.