Una pequeña isla amazónica perdida en la selva, a 400 kilómetros de Manaos, es escenario del más sorprendente espectáculo brasileño, equivalente al Carnaval de Río.
Se trata de las tres noches durante las cuales se enfrentan los rojos del Garantido contra los azules del Caprichoso, como dos escuelas de samba, desfilando por dos horas y media cada uno con miles de bailarines, cientos de canciones entonadas al unísono por un público de casi 10.000 personas, y enormes carros alegóricos que se abren como cajas de sorpresas.
Todo está inspirado en el folklore y las leyendas de los indios que viven a la ribera del río más grande de la Tierra.
Se sabe que la tradición del “bumba meu boi”, basada en las evoluciones de un falso buey cebú con un hombre oculto dentro, llegó a la Amazonia a fines del siglo pasado llevada por la gente del nordeste brasileño que migró a lo largo del Amazonas para escapar de la sequía.
Lo increíble es cómo humildes pescadores consiguieron producir una fiesta indígena de dimensiones tales como para transformar a Parintins y su festival folklórico, a mitad de año, en uno de los destinos más buscados de América Latina.
El buey negro con una estrella azul en la frente es desde hace 47 años la pasión de los habitantes más ricos de la isla de Tupinambarana que alientan al Caprichoso. El buey blanco con un corazón rojo es, en cambio, el símbolo del Garantido que une a todo el pueblo menos pudiente de Parintins como un ícono de la izquierda.
Los 110 mil habitantes de la localidad ecuatorial están divididos en dos, rojos y azules, e incluso pintan de su color favorito las casas donde viven. Coca-Cola, patrocinante principal de la fiesta porque en la zona se encuentran los mayores cultivos de guaraná (un fruto amazónico con el que se realiza una popular bebida), se vio obligada -un caso único en el mundo- a poner en Parintins su logo en azul además del tradicional rojo.
Desde las 21:00 hasta las 2:30 de la madrugada, los dos “bumba” se alternan en el “bumbódromo” (un estadio a cielo abierto) para una celebración sustentable de los indios de la mayor selva del planeta.
“Parintins tiene algo inexplicable: cada uno de sus habitantes tiene alma de artista”, dice Rosilene Medeiros, directora de Amazonas Tour. Cada asociación tiene más de 500 personas que se ocupan de la fiesta desde principios de abril, y al final de junio tienen listo un imponente espectáculo. (ANSA).
No hay comentarios:
Publicar un comentario