Hoy ya no está en sus planes participar en la fiesta grande de los cruceños, pues ahora asiste a la Iglesia evangélica y su anhelo es ser misionera.
Le preocupa cómo los jóvenes de su edad desperdician su vida con el consumo de bebidas alcohólicas y las drogas. “Para evitar eso, los padres deberían tomar las riendas de sus vidas, antes de que sea demasiado tarde”, advierte y frunce la frente.
Nicole se considera leal y sincera. Pasa el tiempo con sus amigos y su familia, sobre todo con sus padres, Eduardo Aguirre y María René Ribera, y su hermano, José María
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